Posturas de Trance

Trances extáticos o ritual body postures

 “…En las culturas ancestrales, la desarmonía, tanto física como espiritual  de uno de sus integrantes era motivo de reunión de toda la comunidad. De esta forma, entorno a un círculo todo el grupo  facilitaba el proceso de sanación de esta persona. Desde entonces, los seres humanos hemos dejado de reunirnos en círculo, olvidando las enseñanzas de nuestros ancestros; olvidando  así el poder sanador del círculo para toda la  comunidad…”

 

Durante los años 70 la Dra. Felicitas  Goodman comenzó una investigación acerca de los cambios fisiológicos ocurridos durante los estados de trance religioso, estableciendo una relación entre éstos y la postura corporal de diversas figuras de la Era Paleolítica, descubriendo que el hecho de adoptar una postura específica y exacta acompañada de un sonido rítmico, permitía entrar en un estado de conciencia alterada (frecuencias Theta o Delta). Este descubrimiento le permitió a la Dra. Goodman diseñar una técnica para entrar en estos estados que recibe el nombre de trance extático o ritual body postures. En 1979 funda el Cuyamungue Institute en Nuevo Mexico, institución que hasta el día de hoy se dedica a la enseñanza, preservación y promoción de este legado.

En los trances extáticos la función de la postura corporal es afinar nuestra vibración para de esta forma poder establecer contacto con mundos que están más allá de nuestra conciencia ordinaria. Este contacto puede ser utilizado con diversos propósitos, dependiendo de la postura ritual adoptada. Se han clasificado 7 tipos de posturas: Sanación; Adivinación; Metamorfosis; Viaje espiritual; Muerte y Renacimiento; Mitos vivientes; y Celebración. Cualquier persona puede practicar estas posturas, no es necesario tener un dogma o religión, sólo dejar que los límites de la percepción ordinaria se abran a otras posibilidades.

Se ha descubierto que los trances extáticos están concebidos para ser prácticados fundamentalmente en grupo, en un rito de trances extáticos l@s asistentes se reúnen en círculo, se traza el espacio sagrado y el estado de trance es inducido por un ritual simple de preparación, luego se asume la postura ritual por quince minutos, en los que el sistema nervioso es estimulado por el sonido constante de una sonaja o tambor. Cada persona encuentra su propia forma de relacionarse con la realidad alternativa a través de las posturas. El grupo es el contenedor, la olla en la que cada persona hace su pócima y la postura es el molde, la apertura hacia una determinada vibración que permite  un determinado tipo de sanación.

El círculo de asistentes nos otorga contención en estos trances y enriquece la experiencia a través de la comunicación de lo vivido, recordando así el poder sanador del círculo tantas veces practicado por nuestros ancestros.

En un circulo de trances se produce una vibración que restaura la totalidad, alineando nuestra vibración con la vibración de la tierra, dando lugar a la sanación.